jueves, 20 de junio de 2013

Todo pasa por escribir(te)

Al fin lo hice, no se porque tanto miedo. Si, miedo. Tengo muy claro que síndrome de página en blanco no era. No se cuantos grandes pensamientos y grandes historias he podido dejar de escribir estos días, tampoco se el número de comienzos que he olvidado hasta decidirme a empezar a escribir de nuevo otra vez.
Por desgracia acaba de volver uno a mi memoria, y digo por desgracia porque es el mismo de siempre. Esa maldita sensación de dolor y tristeza al escribir, la sensación de escribir para huir de ti es la misma que más me hace recordarte.
Definitivamente esta parece que es la gran causa de que ya no escriba con tanta frecuencia, ese bloqueo de coger el bolígrafo e instantáneamente pensar en ti. Pensar en ti, en lo lejos que estás y lo mucho que me gustaría estar a tu lado. Pensar en ti me roba lo que estoy viviendo y disfrutando.
No soy capaz de plasmar en esta hoja que soy feliz, que quiero estar aquí y que estoy disfrutando de unos días maravillosos con dos grandes amigos. No puedo escribir sobre mis viajes, ninguno de ellos. Ni esos de cientos de kilómetros haciendo auto-stop, ni de otros tipos de viajes que tienes sin moverte en el mausoleo musical de un granjero hippie cuando tu amigo toca el piano y le pone banda sonora a todos los grandes momentos que has vivido a su lado. ¡NO!
Nada, ni siquiera una llamada inoportuna, ni un amigo desafinando tocando una flauta cambian las cosas. Cambian que este feliz, triste o simplemente que ahora mismo no estoy.
No cambia nada, las cosas van bien hoy aunque a veces no sea capaz de verlo.
Pese a todo parece que algo seguirá igual (por mucho que se esfuercen tus amigos en no desafinar), escribir me recuerda mucho a ti.
Pero bueno, parece que mis amigos se esfuerzan en cambiar algo y me ayudan a recordarte con una sonrisa de verdad.  

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